viernes, 11 de febrero de 2011

Piano, pianissimo

Et je t'adore, plus que rien, moins de ce que je m'aime. Mais c'est déjà plus que tout, mon Tout. Et tu sais bien.

Te arranco, sin compasión, esas últimas notas, esas que enmudecerán mi alma y me harán mejor, o por lo menos, una persona. Sentir, soñar, crear algo de la nada, e imaginar. Tú lo haces posible, con tu sonido desgarradoramente humano, con tus infinitas posibilidades, con tu pulso templado y extenuante. Porque lo sabes, sabes que todo empezó hace tiempo, y sabes que yo quiero acabar, cautiva de tus deseos.

Porque me arrancas sonrisas, pero también capturas mis lágrimas, y eres el consuelo de los días nublosos de febrero, y un remedio contra el sofocante calor de agosto. Porque estás ahí, lo iluminas todo, templas los días fríos, y alicientas mis ganas de soñar cuando no me quedan fuerzas para pensar.

Y habrá algunos necios que no lo comprendan, que me tachen de loca, que no entiendan Tu esencia, ni Tu Arte, pero ellos, cegados por su ignorancia, jamás podrán apreciar tu belleza, cuando te me abres y te expones a mí, desnudo y perfecto. Porque estás ahí, blanco y negro, impoluto de marfil, frío -helado, de hecho-, y, sin embargo, sólo puedes hacer que las puntas de mis dedos vibren por sentirte, hacerme enmudecer y sentir deseos de cantarte a los cuatro vientos. Sólo .

Amigo mío, todo empezó con aquel cuadro, lo sabes bien, fue un verano tan, tan tórrido... Pero tú estabas ahí, esperándome en aquel salón del dieciocho, esperando a que yo llegara. Estoy segura de que estabas ahí por algo, para que yo te viera, para que me enamorara de ti, para que quisiera tocarte y sentirte. Encima de ti, estaba ese cuadro, esa chica retratada que se parecía tanto, tanto a mí... Acuérdate de que el propio marqués pensó que yo tenía algo que ver con ella. Y quizá sea cierto, o no lo sea, siempre pensé que tengo un perfil algo aristocrático. Y mi antepasada, o mi gota de agua diferida en el tiempo, con gesto serio te acariciaba. Y tú estabas ahí, abierto, desnudo, perfecto.

Y me enamoré de ti.








domingo, 12 de diciembre de 2010

Je ne veux que voir Madrid enneigé

Hay veces que sólo necesitas una imagen. Y persigues esa quimera, aunque sólo dure un segundo, aunque sepas que enseguida se desvanecerá. Pero lo haces. Luchas por ello, y cuando lo consigues..., bueno, ¿qué más da que se vaya a esfumar?
Y yo ahora sólo quiero una cosa: mi Gran Vía enneigée, mi Madrid nevado, resbalarme en la acera, pensar que soy idiota por haberme puestos esos botines de ante siendo que mojados no valen nada, y reírme.
Y todo lo que eso implica.
Y rodar, y flotar, y atravesar el ruido de mi gran ciudad, fundirme con los coches, el ruido, la gente, las luces de Navidad, el enorme cartel de Sweppes. Y tenerte a ti.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Il fait si froid dehors... ici c'est confortable!


Laissez-vous faire, Mylord!
Y me siento con en una pecera. Redonda. Soy un pez, y nado dando vueltas. Soy un pez, y no tengo memoria. Soy un pez, y mi dueño me está mirando. ¡Pero qué fácil es ser un pez y no acordarse de lo que pasó ayer!
Y así me siento yo. Todo es nuevo para mí ahora. Todo, casi todo. Como una taza humeante de té, que te quema entre las manos... Quedan los posos cuando te lo bebes. Líquido negro, negro, negro... Me gusta ese color, de verdad, tiene una elegancia, sobriedad... Clásico.
Es bonito sentarse en un banco del parque y ver la vida pasar. Pero nunca he sido de las que esperan. ¿Sabéis qué? Soy una chica de acción.

lunes, 19 de julio de 2010

Révolutionaires de la terre enneigée

Tierra nevada, paisaje gris, solo faltan un par de huérfanos para que parezca una novela de Dickens. Pero nada podría estar más lejos de la realidad. Hace calor, es evidente, y lo evidente es innegable. De nuevo, hace calor. De nuevo, no puedo pensar con claridad. Y siempre pasa lo mismo cuando no puedo pensar con claridad: hago alguna estupidez.
En estos días tórridos, casi deseo un invierno ruso. Un invierno frío, muy frío, en San Petersburgo. Y sin casi. Lo deseo, de verdad, pasar frío, sentir que no puedo mover los dedos, y no sacar la lengua de la boca por temor a que se me congele. Sí, lo deseo. Menuda tontería... Sin duda lo es.

domingo, 4 de julio de 2010

María à travers le miroir


¿Quién? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? Hay tantas preguntas, y tantas respuestas, aunque a veces no parezcan las suficientes... ¿Dónde? Aquí, allí, en algún lugar, ¿importa acaso? Hay tantos lugares interesantes en el mundo que detesto la idea de tener que quedarme en el mismo toda la vida. Hay que viajar, ver lugares, y hartarse de las esperas en aeropuertos y estaciones de tren.
Qué pena que cueste tan poco viajar con la imaginación, porque eso no lleva más que a una desilusión, aunque claro, en el feliz instante en el que te sientes volar eres feliz sin dar nada a cambio. Y ser feliz sin dar nada a cambio no es tan fácil como, teoricamente, parece. Pero yo creo que hay que quedarse con el lado de bueno de cada vivencia, porque si no lo haces, los malos recuerdos te pueden, te devoran, y acabas en la cama rodeada de vodka, bombones y Valium. Es como si sólo se recordase a Audrey Hepburn por cómo murió (aunque, en parte, se la recuerda más por el hecho de que fuera trágico...).
Nota: la fotografía es de Marina Heredia Ríos, y está realizada en el Centro Georges Pompidou de París. Sobre la chica de la foto, sólo diré que le gusta cómo suena el francés.

miércoles, 16 de junio de 2010

Tu appeles ça faire l'amour, Fred?

Supongo que el colocarse con opio tenía algo de chic, cien años atrás. Supongo. Porque no puedo hacer más que suponer, indagar, leer libros con título elegante y ver películas en blanco y negro. Y eso tiene su clase, ¿no? Escucha discos de vinilo rayados, baila en tu habitación y píntate los labios de rojo cuando nadie te ve, ¿por qué no? Formarás parte de un cliché, trata de ser un poquito pin-up en este mundo lleno de chicas, hechas mediante el método prête-à-réproduire, que son todas iguales. Estereotipos. Todo son estereotipos. Simbolismo, comparaciones, etcétera. El chico guapo y rebelde, con una mirada un tanto atormentada... oh, es todo un James Dean, o se da un aire a Marlon Brando... ¿No?
If the time doesn't mean anything for you and to me... will we dance forever under the moonlight?
Cualquier cosa, cualquier, cualquier cosa. Todo es posible si le pones un poco de corazón. Un poco, el toque justo, pero no demasiado. Es como ponerse una colonia demasiado dulce: empalaga. Y si empleas tu corazón a fondo, demasiado a fondo... ¡Oh, puedes perderlo! Con pasión, la vida es mejor. Con pasión, las victorias son mayores y mejores. Pero con pasión, demasiada pasión, las pérdidas se elevan hasta la categoría de desastre. Encontrar el punto justo nunca fue tan complicado, ¿verdad?

sábado, 12 de junio de 2010

C'est fini?

El fin. El final de algo, más bien. Se me escapa, se va y no va a volver. ¿Qué más da? Una nueva etapa se abre. Más, y mejor, ¿sí?, seguro. Como diría Julie Andrews en su película más famosa, "cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana". Pero yo no acabo de salir de un convento. Yo no creo en esas de Dios abriendo y cerrando puertas y ventanas, qué va. Mira, yo creo en mí misma, y en la vida, y en que todo esto se acaba... pero no tiene porqué ser malo. Será bueno. Lo sé. Lo presiento. Es una vibración, una corazonada, una sensación que aunque fugaz es potente. Lo sé, sin más. Lo sé y será así, así porque yo lo creo y lo sé y lo quiero. Eso es lo que siento ahora mismo. Nervios. Expectación. Ganas de comerme el mundo. Quizás es lo que todos sienten a los quince años.
¿Quién dice miedo o temor? No. Desde luego que no. Quizá solo un poco. Un poquito. Pero, ¡vamos! ¡Hagamos la vida un poco más dulce! Just make the life a little bit sweeter. Y ser feliz.